El guanaco representa una especie autoctona fundamental para el equilibrio de los ecosistemas del país. Este símbolo argentino se encuentra amenazado por una resolución que autoriza la exportación y comercialización de productos cárnicos y por una mala prensa. Organizaciones ambientalistas alertan sobre esta situación y exigen un plan de manejo responsable.
Buenos Aires, 24 de octubre de 2017. El guanaco (Lama guanicoe) es un mamífero de la familia de los camélidos que habita zonas abiertas como estepas de gramíneas y arbustos, pastizales y montes. Se distribuye a lo largo de los Andes desde el norte de Perú, hasta el extremo sur de América del Sur. Actualmente, Argentina concentra entre el 81 a 86% de la población continental total de guanaco que se estima en 1,5 a 2,2 millones.
La Ley 22.421 de Conservación de la Fauna, la Ley 22.344 de aprobación de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), y varias normas provinciales brindan una base legal para la protección y el uso sostenible del guanaco.
Desde hace unos días, el guanaco viene siendo objeto de erróneas expresiones en los medios que lo indican como el responsable del corrimiento de las ovejas en la Patagonia -al competir por los escasos pastos de la región-, de la profundización del proceso de desertificación en la Patagonia, y de constituir un riesgo vial.
Este mes de octubre, por resoluciones 711-E/2017 y y 766-E/2017, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación autorizó la exportación, tránsito interprovincial y comercialización en jurisdicción nacional de productos y subproductos cárnicos obtenidos de hasta un máximo de 200 individuos de guanaco.
Las organizaciones firmantes sostenemos que el guanaco tiene un papel fundamental en los ecosistemas naturales de la Patagonia, relevante para la dinámica ecológica de la región, en la cultura, y en su ventaja comparativa sobre el ganado ovino.
Creemos, asimismo, que se puede compatibilizar el desarrollo productivo con la supervivencia de la fauna silvestre autóctona y sus ecosistemas naturales.
No obstante, un aprovechamiento sostenible del guanaco debe ir de la mano de acciones previas que aseguren la conservación de poblaciones saludables de la especie:
Censos de la población de guanacos, llevados a cabo con metodologías similares y/o comparables, actualizados y validados por expertos, son una herramienta fundamental para la toma de decisiones;
Férreos controles en territorio de lo dispuesto por normativa vigente, y ajustados controles de tipo veterinario y fiscal;
Serios y oportunos estudios y análisis de mercados en los cuales ubicar los productos y subproductos cárnicos de guanaco, para no arriesgar los actuales y exitosos aprovechamientos de su fibra que se dan en el país;
Fuerte liderazgo y compromiso de la Nación, e involucramiento de las autoridades provinciales concernidas.
El permiso recientemente otorgado a Santa Cruz debe tomarse como plan piloto experimental, y no como el inicio de un plan a gran escala.
Vemos en este permiso una decisión no técnica, sino claramente política, desde las más altas esferas del gobierno.
El Plan Nacional de Manejo de Guanaco identifica al puma y al zorro colorado como depredadores principales del guanaco. Por lo tanto, todo proceso de actualización de dicho Plan debe ir irremediablemente de la mano con la armonización de la normativa provincial y nacional vigente, y de los planes y medidas de control de estas dos especies, objeto de regímenes de recompensa provinciales no fundados en estudios de impacto previos y serios.
Honrar al guanaco con su inclusión en un nuevo billete en el país, debe acompañarse de planes de conservación y uso sostenible coherentes y responsables.
“El Guanaco es el cuadrúpedo característico de las llanuras de la Patagonia. Representa en América meridional al camello de Oriente. En estado natural, con su largo cuello y sus delgadas patas, es un animal elegante. Es muy común en todos los lugares templados del continente y se extiende hacia el sur hasta las islas inmediatas al Cabo de Hornos. Vive por lo general en pequeños rebaños formados por un número de individuos que oscila entre la media docena y la treintena; aunque a orillas del Santa Cruz hemos visto uno que debía componerse por lo menos de quinientos.” Charles Darwin, El Viaje del Beagle, 6 de diciembre de 1833.
Firmantes
Fundación Ambiente y Recursos Naturales
Fundación Biodiversidad Argentina
Fundación Hábitat y Desarrollo
Fundación Patagonia Natural
Fundación Vida Silvestre Argentina
Comité Argentino de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza